dissabte, d’abril 28, 2007

Pregària futbolera

Darrerament estic preparant a una noia de quinze anys per a fer la primera comunió. Un dels temes que li vull transmetre és el de la pregària, com fer-la, donar-li un mètode. Aquí us passo la versió futbolera que li he fet de l’esquema ignasià de la pregària contemplativa.

1_ Ir a entrenar: Me gusta el fútbol y he quedado para entrenar. Jesús, mi compañero y entrenador, me conoce y me espera en la cancha. Antes de ir a entrenar yo me hago una idea de lo que voy a hacer, de cómo me gusta y cómo lo necesito, porque sin entrenar no sé amar (no sé jugar). Me dispongo, pillo la mochila (la Biblia, una vela, un crucifijo...) y me voy mentalizando.

2_ Antes de entrar al campo me “seño”.
Algunos jugadores, los de tu equipo, hacen la señal de la cruz antes de saltar la campo, tú también. Estás aquí para celebrar el Amor de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

3_ Pedir lo que quiero. Los futbolistas tienen un deseo: ganar el partido. Yo, en éste entrenamiento, también tengo un deseo, ganar en amor, ganar en conocimiento interno de Dios. Por eso pido sintonizar más con lo que me dice Jesús en el entrenamiento, sentir como él siente, palpitar como él palpita, seguir la estrategia que él propone para el equipo y disponerme para ocupar el lugar que me toque jugar.

4_ Mirar el campo.
Abro la Biblia y leo pausadamente el texto (mirar el campo) que me proponen. Tomo las medidas en mi mente, la distancia del amor. Voy reconociendo el campo a medida que voy escuchando lo que me dice mi entrenador, Jesús.

5_ Saltar al campo de juego. Doy unos primeros toques con el balón, entro en la misma escena de Jesús y me pongo a jugar como uno más del equipo de los doce apóstoles. Me pongo en la piel de mis compañeros. Pedro es un tío lanzado. Judas siempre se reserva algo. Mateo es un niño rico y lleva un buen equipo pero se entrega a tope en el juego... veo también la pelota (el amor de Dios) cómo actúa entre nosotros y se dirige a la portería (a la persona necesitada de amor). Jesús pasa la pelota a la samaritana y ... gooooooool!!!!!!. También me doy cuenta de los adversarios. Son buena gente pero tienen actitudes que impiden que la pelota vaya a la portería. En cierta manera, a veces no sé si estoy jugando con el equipo de Jesús o con los adversarios. Reconozco que me falta todavía mucho para ser cómo Jesús y le pido paciencia y ánimos. Ha venido gente a ver el entrenamiento, es la iglesia que nos anima. También hay hinchas de otro quipo que vienen a desanimarnos, dan miedo y son feroces... pero no pueden con Jesús.

6_ Fin del partido. Me despido de todos. Me cambio en el vestidor y doy gracias por todo lo que he vivido. Antes de irme escucho las palabras de reflexión del entrenador Jesús. Hay que mejorar algunas cosas pero está satisfecho de mi vida. Charlamos un poco, nos damos un abrazo y nos despedimos hasta el próximo entrenamiento.

7_ Una vez fuera del recinto deportivo, vuelvo a casa meditando cómo llevar a la práctica lo que he vivido. El entreno habrá ido mejor o peor, habré estado más o menos distraído, cansado o motivado, tomo nota de ello pero doy gracias igualmente.

5 comentaris:

Manel Filella ha dit...

Eloi: no creuràs..., però uns quants dies jo també aniré a entrenar-me, amb l'entrenador. Ja veurem si cada cop vaig jugant millor i en el lloc que he d'ocupar. Mercès per la idea.Una abraçada

Cristina Estruch ha dit...

Gràcies per compartir material "pastoral". M'has donat teca per unes quantes trobades amb els meus Pans&Cate! Compartir és créixer!

Unknown ha dit...

Realment penso que estàs fent un treball imaginativament encomiable. De ben segur donarà els seus fruits ;-)

Anònim ha dit...

jaja!!

Molt bona, la comparació! Gràcies Eloi ;)

Anònim ha dit...

Això és adaptació als nous temps. Crec que està molt ben pensat.